Por Cosme Haces
Hay planes maléficos en el futuro.
A dos domingos de las elecciones para gobernador en Puebla y en otra docena de estados, los pronósticos apuntan a una turbia jornada electoral, más que a una fiesta democrática.
El panorama es sombrío.
En Puebla, los analistas hacen énfasis en un choque de estructuras partidistas, como factor que decidirá a final de cuentas la contienda a favor del PAN o del PRI, las fuerzas hegemónicas en el estado.
En el escenario nacional, los observadores apuntan a un sorprendente si no triunfo de Morena, sí al menos a un evidente crecimiento de ese partido que vendría a reforzar las posición de Andrés Manuel López Obrador en sus aspiraciones presidenciales para 2018.
La Hora Cósmica da cuenta este día de ambos escenarios, en su selección de columnas.
En el caso de Puebla, el columnista de Status Valentín Varillas, ve rondar el fantasma de la violencia y asegura que operadores y estrategas, en ambos lados del espectro político poblano, empiezan ya a curarse en salud acusando al adversario de tener un maléfico plan para desestabilizar el proceso electoral.
Dice que esto se lograría a través de una estrategia que pretende generar un clima de violencia el día de la elección.
Salvatruchos
Según Varillas, unos y otros se acusan ya de tener listos a golpeadores profesionales, integrantes de las despiadadas pandillas poblanas, a grupos de choque provenientes de otros estados de la República y hasta miembros de la temidísima banda de los “Mara Salvatrucha”, con el único objetivo de ahuyentar a los poblanos de los centros de votación.
Panorama peor, no podía avizorarse.
Y no es una opinión aislada: la refuerza también el columnista de Intolerancia Enrique Núñez, que ve en la contienda una guerra de estructuras.
"Independientemente de las encuestas, que colocan a Tony Gali como el puntero de la elección para la minigubernatura de Puebla, la realidad es que el abstencionismo que se vaticina para el 5 de junio, provocará una guerra de estructuras nunca antes vista en este estado", augura.
Su argumento es que ambos partidos apuestan a alcanzar un millón de votos.
Para lograrlo, van a echar mano de plataformas que garanticen el acarreo de votantes.
Según Enrique Núñez, quien se encargará de esto, sería el sector salud con Jorge Aguilar Chedraui como principal operador.
En el caso del PRI, el acarreo correría por cuenta de las estructuras de Sedesol.
"Ahí está la mano de Rosario Robles y Juan Carlos Lastiri, apoyados de Juan Manuel Vega y Nancy de la Sierra", asegura.
La antesala
En cuanto al escenario nacional, Ciro Gómez Leyva considera en su columna de El Universal que la gran nota del 5 de junio sería la alta votación de Morena en Veracruz.
En el mismo diario, Salvador García Soto opina que más allá de la explicación que se le quiera dar, lo cierto es que el lopezobradorismo, y con él su partido Movimiento Regeneración Nacional, son una fuerza política en ascenso y quizás la que más va a crecer en las próximas elecciones.
"Lo cierto es que, entre versiones de pactos con el PRI que tanto desprecia, el trabajo y promoción permanente de López Obrador —cuyas frases “Ni Obama lo tiene” y “frijol con gorgojo” están entre las más recordadas de estas campañas— y los altos niveles de inconformidad hacia el gobierno —“el mal humor social” Peña dixit— hay un fenómeno político que, sin ser nuevo, está creciendo. Y estamos a 23 meses del arranque formal de las campañas presidenciales".
Por su parte, Raymundo Rivapalacio, en el financiero considera que si Veracruz se va para Morena, López Obrador tendría dos entidades en la bolsa para 2018, porque no se ve quién podrá despojarlo de la Ciudad de México, y lo colocará en la antesala de Los Pinos.
Sí, el panorama es sombrío.
Y los planes maléficos están en marcha.
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