miércoles, febrero 01, 2017

Megalomanía hasta el último momento: el mensaje es que seguirá mandando en Puebla

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, de La Jornada de Oriente, comenta que el evento de sonido, luces, juegos pirotécnicos con que anoche Rafael Moreno Valle Rosas cerró su sexenio es un acto de megalomanía con el que rompió las formas, las reglas no escritas de urbanidad política y de equilibro del poder, ya que tuvo por propósito opacar al nuevo gobernador, Antonio Gali Fayad, y mandar el mensaje entre líneas de que él seguirá mandando en Puebla.
Este día será clave para saber qué tanto Moreno Valle dejará en plena libertad a su sucesor para encabezar el Poder Ejecutivo estatal.


El meollo del asunto

Si Moreno Valle no adopta una actitud discreta, en segundo plano, sin tomar la palabra o robar la atención en el acto de protocolario en que Antonio Gali Fayad rendirá protesta como nuevo titular del Poder Ejecutivo –en un evento programado a las 12 del día en el Auditorio Metropolitano–, estará buscando dejar en claro que ha creado un maximato donde él seguirá tomando las decisiones en la gubernatura del estado.
Y estará rompiendo con las reglas no escritas de las transiciones de poder, en la cual el gobernante saliente se retira discretamente de los reflectores y deja que el nuevo mandatario sea la única voz, imagen y mando que prevalezcan.

Aquí la columna

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