viernes, julio 07, 2017

Javidú añoraba en su celda las palmeras borrachas de sol, cuando le llegó el sobre...

Juan Ignacio Zavala en su columna Autonomía Relativa, de El Financiero, narra que Javidú paseaba en su celda guatemalteca.
Se asomaba por la ventana y pensaba: de veras que sólo Veracruz es bello. Con razón le adjudican esa frase al santo Papa. Y es que claro, con sus palmeras borrachas de sol, y sus mariscos, sus playas que se formaron con el mismísimo paraíso y sus deliciosos platillos, ¡ah, qué rico se come en mi tierra! No sé qué hago aquí. Pinche Miguel Ángel, pensar que fuimos amigos. La injusticia, la sevicia, la malicia, curiosa pericia la de Morticia. 


El meollo del asunto

Un sobre llega por debajo de la puerta. Javidú lo lee. ¡Es de Karime! ¡Amor mío! ¡Bombón de bombones, amor de mis amores, cascada de agua azul, mantra de mantras! Oh sí, me has escrito, no me has dejado. Lo nuestro es una muralla que todo lo resiste, lo embiste, lo desviste, lo reviste y…ya no sé qué más. Pero, ¿cómo? ¿Una demanda de divorcio? ¿Cómo es posible?

Aquí la columna

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